Hogar Infantil de Gloria
Orphanages, unfortunately, used to be quite common in the United States. Often run by religious organizations, they offered long-term care to children whose parents either through death or other reasons could no longer care for them. Today in the U.S. orphanages still exist, but most of the care for these unfortunate children is through foster homes.
This is not the case in Mexico. Foster care is very minimal, and most orphaned children must be cared for in institutions that are known as Hogar Infantil, Spanish for children’s home, or orphanage. Estimates are varied, but a reasonably reliable number says that about 30,000 children in Mexico today are cared for in an orphanage, while another 100,000 or more are homeless. It’s a desperate situation, probably not soon to be resolved.
One shining light in this dark situation is Hogar Infantil de Gloria, an orphanage in Tijuana patronized by the Augustinians. Established about 40 years ago, it began badly. In the spring of 1975, a gentleman by the name of Guillermo MacFarland was working at an apartment complex for the poor in San Ysidro that was run by the Augustinians. Along with a Christian services group he visited the Tijuana orphanage and was appalled at what he found. Filth, lack of hygiene, and general neglect overwhelmed them. The group brought their case to the mayor of Tijuana, and after an investigation, the workers were dismissed. A new administration of the orphanage was clearly needed, and the Augustinians, under the direction of Father John Blethen, assumed responsibility for the facility’s leadership.
With volunteers the facilities were cleaned up, beds and other furnishings upgraded, and a newly qualified staff was hired. The Augustinians, mainly under the leadership of Father Blethen, oversaw the daily administration of the grounds and its quality control. The change was remarkable: instead of a deplorable, denigrating situation, the orphanage was as good as such a facility could be, with proper hygiene, caring staff, and more than adequate facilities.
Hogar Infantil de Gloria cares for 30-40 children, mostly babies, but quite a few of early elementary school age and a few older children. The Mexican government through an agency known as DIF (Desarrollo Infantil Familiar) provides training for staff, placement services, and oversight, but not financial support. Expenses are covered by donations.
Some of the babies are adopted. Adoptions can only be made by Mexican citizens. For school children, most can attend a very good Tijuana Catholic school paid for by Tijuana benefactors. The school is well run, and the children have a fine opportunity for quality education.
The facilities of Hogar Infantil de Gloria are very good. Boys’ and girls’ dorms, a study center, a large gathering and social center, an extensive playing field, and a well-equipped kitchen are high quality. One of the staff members is a registered nurse.
St. Patrick’s parish has from these early days been an enthusiastic supporter of the orphanage. Much started with the parish Youth Group under the directorship of Patty Lawrence and her husband Dan. Youth Group members frequently visited the children and played with them and brought them smiles and hope. Several Youth Group members would say that the children did more for them than they did for the children. Several parish-wide projects undertaken by the Youth Group were highly successful. One was Operation Cinderella, which provided shoes for the children at Easter time. These weren’t cast-off, rummage sale quality, but brand-new shoes bought to perfectly fit each child whose foot size was carefully taken by Patty and her group. Another very popular yearly act was the Christmas ornament gifts, whereby parishioners would randomly select a card from a Christmas tree in the back of the church. Each card bore the name of a child and the desired present, anything from a soccer ball to a doll. Those of us attending the 5:30 Sunday Mass was usually left out because the cards were all taken from the tree by parishioners at earlier Masses who were more than happy to help. The word joy doesn’t adequately describe the children’s expressions on Christmas morning.
St. Patrick’s had been a regular beneficiary to the orphanage through the years. When Father Mike McFadden became pastor in 2010, he began the rather simple monthly donation program of “Change for Children.” It, along with other special fundraisers, has made St. Patrick’s a generous contributor to the well-being of Hogar Infantil de Gloria, a most worthy cause.
Brother Dominic Smith, OSA, filmed a very well-made documentary about the orphanage. To see this beautiful portrayal of the orphanage and the loving work being done there, you can search “Augustinians International Tijuana Orphanage.” It’ll make your day.
Hogar Infantil de Gloria
Los orfanatos, desafortunadamente, solían ser bastante comunes en los Estados Unidos. A menudo dirigidos por organizaciones religiosas, ofrecían atención a largo plazo a niños cuyos padres, ya sea por muerte u otras razones, ya no podían cuidarlos. Hoy en los EE. UU. todavía existen orfanatos, pero la mayor parte del cuidado de estos desafortunados niños se realiza a través de hogares de acogida.
Este no es el caso en México. El cuidado de crianza es mínimo, y la mayoría de los niños huérfanos deben ser atendidos en instituciones conocidas como Hogar Infantil u orfanato. Las estimaciones son variadas, pero un número razonablemente confiable dice que alrededor de 30,000 niños en México hoy son atendidos en un orfanato, mientras que otros 100,000 o más no tienen hogar. Es una situación desesperada, probablemente no pronto para ser resuelta.
Una luz que brilla en esta situación oscura es el Hogar Infantil de Gloria, un orfanato en Tijuana patrocinado por los agustinos. Establecido hace unos 40 años, comenzó mal. En la primavera de 1975, un caballero llamado Guillermo MacFarland trabajaba en un complejo de apartamentos para los pobres en San Ysidro que estaba a cargo de los agustinos. Junto con un grupo de servicios cristianos, visitó el orfanato de Tijuana y quedó horrorizado por lo que encontró. La suciedad, la falta de higiene y el abandono general los abrumaron. El grupo llevó su caso al alcalde de Tijuana, y luego de una investigación, los trabajadores fueron despedidos. Era evidente que se necesitaba una nueva administración del orfanato, y los agustinos, bajo la dirección del padre John Blethen, asumieron la responsabilidad del liderazgo de la instalación.
Con voluntarios se limpiaron las instalaciones, se mejoraron las camas y otros muebles, y se contrató personal recién calificado. Los agustinos, principalmente bajo la dirección del padre Blethen, supervisaban la administración diaria de los terrenos y su control de calidad. El cambio fue notable: en lugar de una situación deplorable y denigrante, el orfanato era todo lo bueno que podía ser una instalación de este tipo, con una higiene adecuada, un personal atento y unas instalaciones más que adecuadas.
El Hogar Infantil de Gloria atiende a 30-40 niños, en su mayoría bebés, pero algunos niños en edad escolar primaria y algunos niños mayores. El gobierno mexicano a través de una agencia conocida como DIF (Desarrollo Infantil Familiar) brinda capacitación para el personal, servicios de colocación y supervisión, pero no apoyo financiero. Los gastos se cubren con donaciones.
Algunos de los bebés son adoptados. Las adopciones sólo pueden ser realizadas por ciudadanos mexicanos. Para los niños en edad escolar, la mayoría puede asistir a una muy buena escuela católica de Tijuana pagada por los benefactores de Tijuana. La escuela está bien administrada y los niños tienen una excelente oportunidad de recibir una educación de calidad.
Las instalaciones del Hogar Infantil de Gloria son muy buenas. Los dormitorios de niños y niñas, un centro de estudio, un gran centro social y de reunión, un amplio campo de juego y una cocina bien equipada son de alta calidad. Uno de los miembros del personal es una enfermera registrada.
La parroquia de San Patricio ha sido desde estos primeros días un entusiasta partidario del orfanato. Mucho comenzó con el Grupo de Jóvenes de la parroquia bajo la dirección de Patty Lawrence y su esposo Dan. Los miembros del Grupo de Jóvenes visitaban con frecuencia a los niños y jugaban con ellos y les traían sonrisas y esperanza. Varios miembros del Grupo de Jóvenes dirían que los niños hicieron más por ellos que por los niños. Varios proyectos parroquiales emprendidos por el Grupo de Jóvenes tuvieron un gran éxito. Una fue la Operación Cenicienta, que proporcionó zapatos para los niños en Semana Santa. Estos no eran zapatos de segunda mano, calidad de segunda mano, sino zapatos nuevos comprados para adaptarse perfectamente a cada niño cuyo tamaño de pie fue cuidadosamente tomado por Patty y su grupo. Otro acto anual muy popular fueron los obsequios de adornos navideños, en los que los feligreses seleccionaban al azar una tarjeta de un árbol de Navidad en la parte trasera de la iglesia. Cada tarjeta tenía el nombre de un niño y el regalo deseado, desde un balón de fútbol hasta una muñeca. Aquellos de nosotros que asistíamos a la misa dominical de las 5:30 p. m. generalmente nos quedábamos afuera porque los feligreses tomaban todas las tarjetas del árbol en misas anteriores y estaban más que felices de ayudar. La palabra alegría no describe adecuadamente las expresiones de los niños en la mañana de Navidad.
St. Patrick's había sido un beneficiario habitual del orfanato a lo largo de los años. Cuando el padre Mike McFadden se convirtió en párroco en 2010, comenzó el programa de donación mensual bastante simple de "Cambio para los niños". Junto con otros eventos especiales para recaudar fondos, ha convertido a St. Patrick's en un contribuyente generoso al bienestar del Hogar Infantil de Gloria, una causa muy valiosa.
El hermano Dominic Smith, OSA, filmó un documental muy bien hecho sobre el orfanato. Para ver esta hermosa representación del orfanato y el amoroso trabajo que se realiza allí, puede buscar "Orfanato Internacional Agustinos de Tijuana". Te alegrará el día.
